Conocido como Teatro Principal, este local cambió su
nombre en 1916, llamándose Cinema Concert, para convertirse únicamente en una
sala cinematográfica, abandonado por completo las representaciones teatrales.
Los propietarios del local era el empresario Manuel Belió. La sala se encontraba en la Plaza del Teatro.
El precio de las entradas en el año 1923, según recoge
el diario El Cronista, era el
siguiente: “Butaca de patio, 0,50;
Delantera, 0,25; General, 0,15”.
En 1923, el Cinema Concert quedó totalmente quemado
tras un terrible incendio. Como recoge el seminario La Unión Ilustrada, en su número 735, este accidente, debido a la
precipitación de la huida, provocó heridas graves a niños que se encontraban en
la sala. Sin embargo, no hubo víctimas mortales.
El 6 de septiembre de 1928 tuvo lugar la reapertura de
la sala tras haber sido comprado por la empresa Soler-Sánchez, propietaria del
cine Goya. El local volvió a llamarse Teatro Principal, permaneciendo abierto
hasta el 31 de enero de 1938.
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